Te amamos nunca lo dudes Como padres quisimos darte lo mejor, pero si aun así no lo conseguimos no nos juzgues. Te dimos lo mejor de cada uno de nosotros, no mires nuestros defectos aprecia nuestros afectos y ama a lo que amamos. Carta a mi hija adolescente.
No te sientas nunca mal por esto y se feliz a cada instante pensando que desde donde yo esté voy a. Mi princesa…El destino quiso que tú al igual que yo nacieras mujer y vinieses a este mundo para llenarme la vida de mucha alegría y gozo, tuve la dicha de tenerte en mi vientre durante meses puedo jurarte que tuve que tener mucha paciencia ya que deseaba con todas las fuerzas tenerte entre mis brazos de una forma rápida y pues eso no se podía ya que tu. Como ex resentida que no permite que sus hijos sean felices.
Que tengas que cumplir un papel de madrastra porque no creo que lo hagas bien y no darás felicidad a esos niños de padres separados. Tus besos contienen, posiblemente, el antídoto perfecto para todo el mal que campa por el mundo y, al menos para mi corazón, es medicina eficaz.
Hijos míos, no me dejen sola, les quiero. Les amo, hijos míos, muchísimo. Que el éxito siempre les acompañe en la vida, que la bondad permanezca firme en sus corazones, que nunca se dejen llevar por banalidades… que nunca sientan la tristeza de la soleda y que Dios les de fuerza y paz en cada paso a tomar.
Son mis hijos, mi orgullo y mi amor. Sé feliz hija mía, que tu felicidad es la mía! No porque seas mi hija, sino porque estás revestida de la dignidad de los hijos de Dios. Querida hija, eres bella, eres especial.
Perteneces a un pueblo de profetas, sacerdotes y reyes. Ejemplo de carta de cumpleaños para una hija: De: Celia Para: Natalia. Natalia, te quiero mucho hija mía, en este día que se cumplen un año más de vida quiero decirte que te deseo todo lo mejor del mundo. El día en que naciste fue el más feliz de mi vida pues con tu llegada nacieron en mi corazón los sentimientos más hermosos.
Tengo un buen matrimonio y los desafíos "normales" con mis hijos. Pero aun me despierto cada día sintiendo resentimiento con mi madre. A vos que no pudiste con tu vida y querés destruir la mía.
A vos, que cada mañana al despertar te mirás en el espejo y ves el reflejo d. Mi querida hija: He querido escribirte esta carta porque de pronto sentí la necesidad de hacerlo. Tu vida y la mía se han ido alejando poco a poco, como es natural. Los años pasan y tú debes ir en busca de tu futuro y de tus sueños.
Sin embargo, como siempre seré tu mamá, siempre te tengo en mi corazón, hay cosas que me gustaría decirte que pueden servirte en la vida. O tal vez no, también es posible veas algunas cosas de otra manera. Su mensaje, aunque dirigido a su hija de años, está escrito en un lenguaje válido para ser entendido de manera universal con el que todo el mundo se pueda sentir identificado. Recuerda que sigo contigo y que estoy tan orgullosa de ti como siempre.
Conserva a Dios en tu vida y nunca te avergüences de hacer saber a otros que amas a Dios. Si algún día tienes hijos. Esa fue la primera de varias cartas «para leer a solas». Nunca se mencionaron hasta que fui adulto.
Hoy en día viajo por todo el mundo ayudando a la gente. Al final de un día que me encontraba en Sarasota, Florida, dando un seminario, una dama se me acercó para confiarme los problemas que tenía con su hijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.